En el día en que Donald Trum dijo que su mejor asesor en política exterior es él mismo, ha puesto en circulación un anuncio contra Hillary Clinton que da la medida de lo que será su campaña.
Está claro que no necesita gastarse mucho dinero en ello. Ha subido el vídeo a su cuenta de Instagram –no es para emitir en TV– y la factura tampoco es que sea muy profesional.
Y a eso se reduce todo. A sacar a Clinton ladrando (la imagen y su audio son reales, de un mitin en el que ella imitó un ladrido para burlarse de un anuncio que había escuchado en la radio).
Frente a los peligrosos enemigos exteriores, lo único que se necesita es un tipo como Trump, no una mujer ridícula. Frente a un macho como Putin, un macho como Trump. ¿Hay que presentar objetivos, prioridades, desafíos? Para nada. Con un chiste vale.
Esperemos muchos anuncios de estos en la futura campaña. El objetivo de Trump será burlarse de Clinton, y con eso se estará burlando de todas las mujeres. Cómo se aspira así a ganar unas elecciones –lo que incluye conseguir los votos de las mujeres, que resultan ser la mitad del electorado–, es todo un misterio.
Será una campaña montada como si fuera un reality. Al menos, es posible que sea entretenida.