Ucrania eligió este domingo a un nuevo presidente. Volodímir Zelenski, de 41 años, tiene experiencia en el cargo. Experiencia televisiva. Es un actor que interpretó en una serie a una persona corriente que se hace famosa por un vídeo viral contra la corrupción y que acaba convirtiéndose en presidente casi por casualidad. La serie duró tres temporadas. Su mandato real se prolongará durante cinco años.
Zelenski arrasó en las urnas al presidente Poroshenko con un 73% de los votos. Poroshenko, uno de los empresarios más ricos del país antes de entrar en política, hizo campaña con el eslogan «Ejército, idioma y fe». Lo último por la religión ortodoxa. Durante su tiempo en el poder, tuvo índices de apoyo irrisorios en las encuestas con lo que era una presa fácil para cualquier adversario. Lo que no se esperaba es que fuera un cómico el que se aprovechara de esa debilidad.
El triunfador nunca dejó claro en campaña cuál es su programa político en un país que ha tenido que solicitar un préstamo al FMI para no caer en la bancarrota financiera. Si hay dos mensajes que le han hecho popular han sido sus discursos contra la corrupción y contra la guerra. Poroshenko intentó describirlo como el candidato favorecido por Moscú sin tener mucho éxito ni en las encuestas ni al final en las urnas.
Zelenski ha dicho que debe haber negociaciones entre los gobiernos de Kiev y Moscú para poner fin al estado de guerra entre ambos países, pero nunca al precio de poner en peligro la integridad territorial de Ucrania.
Antes de las elecciones del domingo, Vice News ofreció un amplio reportaje en el que pudo entrevistarle.
Si hay un asunto que despierta la sospecha sobre Zelenski es su relación con el empresario multimillonario Igor Kolomoiski, dueño de la cadena de televisión en la que el nuevo presidente se hizo famoso como actor cómico. Con una fortuna superior a los mil millones de dólares, es el segundo o tercer hombre más rico del país, según distintas versiones. Reside en Israel –recomendable para librarse de problemas con la justicia– y se encuentra inmerso en una batalla jurídica con el Estado ucraniano. En 2016, el Gobierno nacionalizó su banco PrivatBank y le inyectó 5.000 millones de dólares de fondos públicos por el riesgo de quiebra. Hace unos días, un tribunal de Kiev declaró ilegal la medida y ordenó que la propiedad del banco vuelva a manos del magnate, pero el caso aún no esta cerrado.
Como otros oligarcas, Kolomoiski ha financiado varias milicias paramilitares de ideología ultraderechista que combaten contra las fuerzas ucranianas prorrusas en el Este del país.
Ha negado haber financiado la campaña de Zelenski. El nuevo presidente ha desmentido ser un hombre de paja colocado por el millonario. Tendrá muy pronto la oportunidad de confirmarlo si quiere cumplir su promesa de limitar el poder de los grandes oligarcas en beneficio de los consumidores.
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Una idea de Zelenski para otras campañas. Grabar un vídeo haciendo flexiones en una barra.
День має починатись тільки так: позитивно та бадьоро!#зробимойогоразом pic.twitter.com/PArWvYyqB9
— Команда Зеленського (@zeteam_official) 8 de abril de 2019