Las milicias huzíes han lanzado un ataque con un dron sobre una base de la Fuerza Aérea yemení precisamente en el momento en que se celebraba un desfile con la presencia de las principales autoridades militares del Gobierno. La base aérea de Al-Anad se encuentra a 60 kilómetros al norte de Aden. Seis militares han muerto, según medios locales, y entre los heridos está el número dos del Ejército.
El ataque revela hasta qué punto el débil Gobierno local y sus patrocinadores en Arabia Saudí y Emiratos Árabes están lejos de eliminar a sus adversarios, a pesar de su completa superioridad aérea y de la campaña de bombardeos masivos que se prolonga desde hace más de tres años. Ni siquiera son capaces de proteger una de las instalaciones militares más importantes.
Por otro lado, también demuestra que los drones pueden suponer en el futuro una forma eficaz de enfrentarse a un enemigo muy superior. Se sospecha que el dron utilizado es de fabricación iraní, no de los que disparan misiles, sino un modelo cargado de explosivos y metralla que se lanza directamente contra el objetivo.
En el vídeo (segundo 35), se puede ver cómo no pasa casi tiempo desde que el orador se detiene un momento al escuchar el ruido del dron y gira la cabeza a su izquierda antes de que se produce la explosión. Después de que se vacíe la tribuna, las imágenes muestran un cadáver en el suelo y un charco de sangre junto a las sillones reservados a las autoridades.
No es fácil abatir un dron a tiros. Guerra Eterna, 7 enero.