La primera encuesta en Grecia después de las elecciones de junio no arroja cambios significativos entre las principales fuerzas políticas del país. Prestar atención a un sondeo realizado menos de tres meses después de los últimos comicios es un ejercicio bastante inútil en circunstancias normales, pero ya sabemos que casi nada de lo que ocurre en Grecia es normal. Aun más si tenemos en cuenta que el Gobierno griego no ha hecho nada que pueda provocar un cambio significativo en la opinión pública. Continúa negociando con la troika las condiciones del nuevo paquete de austeridad por valor de 11.500 millones de euros. Cuando los nuevos recortes del gasto público se pongan en marcha, será una historia diferente.
Tanto Nueva Democracia como Syriza pierden apoyos con respecto al resultado electoral, pero la ventaja de dos puntos del partido conservador no quiere decir mucho. Seguro que está dentro del margen de error del sondeo, y por lo tanto se trata de un empate técnico. Ganar unas elecciones por dos puntos de diferencia es una victoria por escasa que sea. Obtener esa ventaja en un sondeo puede no significar nada.
En el ambiente deprimente de la política griega a causa de la depresión (recesión es un concepto que se queda corto), no es extraño que los partidos pierdan votantes potenciales al poco de celebrar elecciones. Y además es posible que algunos de sus electores que tomaron la decisión en los días anteriores a la votación, quizá con el impulso de votar al menos malo, ahora no tengan el menor interés de mostrar entusiasmo por ninguna opción política.
Sin embargo, siempre hay un dato en la crisis griega que nos hace caer en el pesimismo. Si hay un partido que obtiene un resultado claramente mejor en el sondeo es Amanecer Dorado. El partido de los neonazis pasa del 6,92% de las elecciones al 8,6%.
Como decía, el nuevo Gobierno no ha tenido aún tiempo de tomar medidas de calado. Excepto una. Ha lanzado una operación masiva para detener a miles de inmigrantes sin papeles. Muchos fueron puestos en libertad al poco tiempo, pero al menos 2.000 fueron enviados a centros de internamiento, y ahora se está tramitando su expulsión.
Los conservadores de Nueva Democracia no quieren perder más votos por la derecha. Con estas redadas masivas, lo que sí está consiguiendo es legitimar el discurso xenófobo de la extrema derecha. Es probable que la reacción de mucha gente sea pensar que ya era hora de que hicieran caso a Amanecer Dorado.
Yo prefiero quedarme con que Syriza está a un punto de ser el principal partido griego.
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