El miércoles no fue un gran día para el primer ministro británico, que afrontaba su primer ‘Prime Minister’s Question Time’ (y que luego perdió dos votaciones decisivas). Con gran energía, el diputado laborista Tanmanjeet Singh Dhesi, que es sij, reprochó a Boris Johnson su artículo del Telegraph del año pasado donde se burlaba de las mujeres que llevan el niqab y las llamaba «ladrones de bancos» y «buzones».
«Aquellos de nosotros que hemos tenido que soportar que nos llamen cosas como «cabeza de toalla» o «talibán» o que «venimos de la tierra de Bongo Bongo» comprendemos muy bien el dolor que sienten aquellas mujeres vulnerables cuando son descritas como ‘ladrones de bancos’ y ‘buzones'», dijo el diputado.
Singh Dhesi se quejó de que Johnson nunca ha pedido disculpas por sus «comentarios racistas y despectivos». El primer ministro respondió que ese artículo era «una defensa liberal» del derecho de todo el mundo a vestir como quiera. A la pregunta de por qué no ha ordenado una investigación sobre el alcance de la islamofobia en su partido, como había prometido, Johnson dijo que los laboristas no se han disculpado por «el virus del antisemitismo» en sus filas.
La intervención del diputado sij provocó tal entusiasmo en los escaños laboristas que la mayoría de ellos aplaudieron y en dos ocasiones, algo que las normas de la Cámara de los Comunes prohíben expresamente y que sus presidentes no suelen permitir. Esta vez, John Bercow no gritó «Order!» con su contundencia habitual. En los Comunes, se puede hacer un montón de ruido y el ambiente es a veces bastante tumultuario, pero no aplaudir.
Una ONG antirracista afirmó que se produjo un gran aumento de ataques islamófobos a musulmanes después de que se publicara el artículo de Johnson.