En una entrevista con Glenn Greenwald, de The Intercept, Evo Morales explica las circunstancias del golpe de Estado que le expulsó del poder en Bolivia. Morales afirma que el día después de las elecciones del 20 de octubre el partido del candidato opositor Roberto Mesa llama a la movilización nacional contra los resultados. Se queman varias sedes de los tribunales electorales, mientras la policía no hace nada para impedir esa violencia. El 8 de noviembre, la policía se une al golpe y se levanta contra el Gobierno. Morales acusa a la OEA de unirse al movimiento el día 10. Ese mismo día, el Ejército le pide que renuncie: «Sin Policía, sin Fuerzas Armadas, la derecha movilizada, no hay ninguna seguridad, por tanto, para evitar más derramamiento de sangre, renunciamos», dice.
Sobre su seguridad personal, Morales dice que el día 9 llegó a Cochabamba, procedente de La Paz. El responsable de su seguridad le dijo que le habían ofrecido 50.000 dólares si lo entregaba detenido a quien le hizo la oferta. El jefe de la Fuerza Aérea intentó impedir su salida del país con destino a México, que le había ofrecido asilo, pero tuvo que aceptarla por la presión de los manifestantes.
La entrevista se hizo en México el 3 de diciembre.