Hace un año, fuerzas norteamericanos bombardearon un hospital de Médicos sin Fronteras en la localidad afgana de Kunduz, en el norte del país. En el vídeo, facilitado por MSF, un hombre que estuvo allí y vio morir a sus compañeros y amigos –Faizula, el responsable de Admisión y Gestión de Pacientes– relata su experiencia. Murieron 42 personas (24 pacientes, 14 trabajadores humanitarios de MSF y cuatro cuidadores). Hubo 37 heridos.
El Pentágono admitió la autoría del ataque y detalló en su investigación una larga lista de errores. En el informe final, los militares lo definieron como un accidente. Por tanto, se autoabsolvieron de la acusación de crímenes de guerra. 16 personas recibieron distintas sanciones administrativas. Ninguno fue objeto de una acusación penal. MSF reclamó una investigación internacional que EEUU nunca permitió.
Este año, 21 hospitales apoyados por MSF han sufrido 36 ataques en Siria y Yemen.
El ataque a MSF en Afganistán no es un accidente. Guerra Eterna, octubre 2015.
Lo que perdimos tras el ataque de EEUU al hospital de MSF en Kunduz. Kathleen Thomas.
La última semana en el hospital. Kathleen Thomas.
Esperanzas bombardeadas. Kathleen Thomas.