¿Qué tiene que ocurrir para que la opinión pública cambie su punto de vista sobre la situación económica del país? En función de las ideas de cada uno, a todo el mundo se le ocurrirían unas cuentas propuestas sobre empleo, impuestos, vivienda, etcétera. Hay un remedio mucho más rápido y no tiene nada que ver con la economía: las elecciones cuando provocan la alternancia política.
Lo que ocurre es que ese cambio de gobierno provocará un cambio de todos los votantes, no sólo los del partido que gana las elecciones. Ha ocurrido ahora en EEUU y hay que decir que no es la primera vez que pasa. Uno de los elementos que más influye en esa opinión tiene que ver con el color político del partido que está en el poder.
Eso es lo que muestra la última encuesta de Morning Consult en su índice de confianza del consumidor:
Ocurrió en 2020 y ha vuelto a suceder. La confianza de los votantes republicanos en la economía ha subido 30 puntos gracias a la victoria de Donald Trump. La de los demócratas ha caído 19 puntos. Para los votantes registrados como independientes, no hay una variación apreciable.
Trump no asumirá el cargo hasta el 20 de enero. Todo es un juego de expectativas sobre cómo funcionará la economía en un futuro cercano y cómo puede beneficiar eso a cada consumidor. En ese sentido, no se puede decir que los votantes mientan al responder al sondeo. Es sólo lo que esperan que suceda en un sentido u otro.
Sirve para poner un poco en cuestión las opiniones de los encuestados sobre la situación económica. Depende en primer lugar del nombre del partido en el poder. En cambio, si les preguntas por su situación económica personal, que evidentemente conocen muy bien, conviene prestar atención al resultado.